¡DESPEGAMOS!
Es una gran responsabilidad y a la vez emocionante hacer esta primera «entrada» en esta sección, y para inaugurarla «a lo grande», para hacerla especial, para ella se me ha ocurrido elegir uno de los lugares que me despierta mayor interés de Canarias y que tenía pendiente visitar durante varios años y que por fin, recientemente, he podido conocer.
Estoy segura de que todos o la gran mayoría habréis oído hablar de este lugar (o incluso habréis tenido ocasión de visitarlo), de las muchas leyendas e historias que se cuentan del mismo… He ahí la cuestión, ¿leyendas o hechos reales? (queda abierto el debate).
COFETE Y LA MISTERIOSA HISTORIA QUE ALBERGA
Nada más entrar en el pueblecito de Cofete (en las proximidades de -y abanderando- una inmensa, kilométrica y preciosa playa recóndita, con fuertes corrientes y oleaje), podemos ver en lo alto, y a lo lejos, erigida como en un pedestal, la conocida como Villa Winter (que pertenecía al ingeniero Gustav Winter, considerado miembro en la lista negra del espionaje alemán); imponente, en medio de la empinada montaña, con la bruma coronándola, rozándola, casi escondiéndola, creando una atmósfera inigual, asombrosa a la vez que inquietante, o cuando menos fantasmagórica.
Bajo ella, supuestamente, cuevas o tubos volcánicos conectaban (conectan) la misma con el mar. Esto significa que la casa estaría construída a conciencia en una «zona estratégica».
Desde el primer momento en que la Villa Winter traspasa nuestra retina, podemos apreciar su fortaleza, su construcción monumental.
Su arquitectura rompe con la tipología del estilo de las Islas, incluyendo en su fachada una torrecilla, que cuenta la «leyenda» que se usaba como «torre de control» de submarinos (se rumorea que desde la casa se dirigía y bajo ella se ocultaba una base de submarinos, «se ha dicho que sirvió como base de aprovisionamiento para la flota de submarinos nazis durante la Segunda Guerra Mundial«, Wikipedia) y de aviones (pues también dice la «leyenda» que oculta en plena playa se halla una pista de aterrizaje).
Pero en teoría, la casa se construyó en 1946 (ya acabada la Guerra).
Hay algunas contradicciones, pero demasiadas evidencias y piezas que van encajando en este rompecabezas que es averiguar la verdadera historia de la Villa Winter y que todas van desvelando la realidad, desvelando qué hay de real en todas las leyendas al respecto.
La casa fue renovada en 1985, y se dice que sufrió una reforma más, posterior (es en ese momento cuando se podría haber procedido a «esconder» varias pruebas delatoras del verdadero proyecto en la casa, pues, supuestamente, se han detectado elementos o «estancias», entradas -a no se sabe dónde-, ocultas tras las paredes y suelo).
También se comenta que la casa en realidad nunca llegó a finalizarse, y que nunca fue habitada por la familia Winter, y sí podría haber sido habitada por otros alemanes.
También hay que considerar que podría haberse construído anticipándose a los hechos (para aventajarse por si hubiera una Guerra más, siendo muy reciente la Segunda Guerra Mundial) aunque no se llegara a ejecutar su función.
También puede que su finalidad fuera diferente a ser convertida en una especie de base militar (de hecho, otro rumor que circula es que la casa estaba pensada, diseñada, para ser una casa dedicada a la ganadería), pero sus características la delatan.
Fuera cual fuere el proyecto a desarrollar allí, era algo «secreto», eso está claro. Y la verdad es que parece haber mucho de cierto en todas las leyendas a cerca de ella.
Siguiendo con la descripción de la «vivienda», podemos apreciar, también, que el color original de la casa no era blanco (al menos el de la torre), y posee en la parte baja de la fachada, cubriendo toda la planta inferior, bordeándola, como protegiéndola, remate (refuerzo) en piedra.
Es justamente este detalle el que a simple vista ya da sensación de ser una fortaleza, no una casa o villa cualquiera. Pese a todas las habladurías, lo que se ha demostrado es que en la casa han aparecido una serie de objetos reveladores que sustentan la leyenda.
Todos estos detalles (incluso se habla de búnkeres secretos, entradas «ocultas» a los tubos volcánicos subterráneos…), y el estar construída en un lugar tan sumamente remoto e incluso de difícil acceso (me imagino que bastante peor en otros tiempos, y que incluso a día de hoy los caminos no poseen asfalto), nos hacen plantearnos ya de entrada qué hace ahí y por qué, una casa tan colosal, en un lugar tan solitario, e incluso inquietante (imagino que por las noches, oír el rugir de las fuertes, incluso feroces olas (con mal tiempo), en mitad de la montaña, entre la bruma, en un lugar desamparado, lóbrego cuando oscurece…, no debe ser exactamente relajante).
Es indudable el misterio que despierta dicha edificación, y que dentro de todo lo que se cuenta sobre ella, hay algo o mucho de cierto. Te das cuenta de ello cuando la ves con tus propios ojos (y los objetos que cobija) y lo sientes todo en tu propia piel.
Durante la visita guiada, un ala de la villa me llamó especialmente la atención, porque nada más traspasar la puerta sentí la energía negativa que desprendía. La imagen era un tanto escalofriante, aunque también fascinante (siempre jugamos a dos bandas en el urbex, con sensaciones opuestas).
Tras sobrepasar la puerta, pude ver un largo pasillo, con diferentes habitáculos a lo largo, y que pude distinguir gracias a que todas las puertas estaban abiertas y sobresalían hacia el pasillo.
Recuerdo que lo primero que me salió de dentro decir, en alto, y en lenguaje coloquial, fue «uuu…, ¡esto tiene una pinta muy chunga!» entre risa nerviosa sumida por la emoción, por la adrenalina del momento (refiriéndome a que en el ambiente podía sentir, y se respiraba -todos los que allí estábamos coincidíamos en ello-, que algo oscuro había ocurrido ahí, o si no llegó a ocurrir, daba la sensación de que había sido construido a conciencia para algo perverso).
Tuve oportunidad y permiso para inmortalizar ese momento con una foto, que comparto con ustedes.
Impresionante/espeluznante lugar. Juzguen ustedes mismos. Y para acentuar todavía más estas sensaciones, continuamos por el largo pasillo hasta llegar a la última habitación a la derecha (sin saberlo, todavía me esperaba el plato fuerte, y yo pensando que «ya lo había visto todo» e incluso que ya no podía tener más clara la realidad).
Se trataba, supuestamente, de una cocina. Una cocina con barrotes en sus dos estrechas ventanas (aunque puede que sólo tuviera una, no lo recuerdo bien, mi atención estaba puesta en el interior…).
Eso sólo para empezar con la descripción de una cocina tan atípica y que no continuaré con su descripción, pues no me corresponde a mí desvelar estos detalles, muchos menos llevándolos a mi perspectiva.
Pero diré que lo que vi en esa habitación fue lo que más me ha marcado e impactado de la visita.
Simplemente diré que, y evidentemente, más que una cocina, parecía una especie de laboratorio y sala de cremación (puesto que incluso dispone de un horno crematorio visible, y eso es algo seguro; no lo digo yo, no es mi visión). Daba sensación de ser el escenario de algo atroz.
También, en ese ala de la morada, pude ver y estar dentro de un habitáculo que todo apuntaba a que era una celda o «cuarto de castigo», muy comprimido, y probablemente de niños (por las pequeñas dimensiones de la puerta en comparación con las demás), y como dijo el «guía» de la visita. Había otras dos más, con una puerta de tamaño normal. Impactante todo.
Sobrecogedor el escenario, y el interior del lugar, más. Parece como si en esta parte de la villa un «secreto» fuera desvelado «a voces».
Ese lugar «hablaba»…
Yo tampoco voy a hacer un resumen de la historia del mismo (ya que todavía no hay nada en concreto ni oficial, y porque, incluso se puede decir que hay una investigación en curso, que intenta destapar la verdadera historia que rodea a la Villa Winter, y es importante no interferir en ella negativamente); pero todo encaja, todas las piezas (que serían las «leyendas») encajan en el puzzle (que sería la verdad «oculta» del lugar) y que su «anfitrión» tanto defiende.
Para completar la atmósfera turbadora, que rodea a esta edificación, en la propia playa encontramos un antiguo cementerio «minimalista» (rudimentario) en la misma arena, utilizando piedras y cruces hechas a mano con madera. Despierta bastante respeto (y como es lógico).
Imagínense este escenario al completo al anochecer, en la oscuridad, en un lugar casi despoblado: casa, cementerio, bruma, el rugir de las feroces olas…
Si alguien no conoce la historia que alberga Cofete (Villa Winter), no seré yo quien la cuente o la afirme; pueden ver videos en youtube acerca de la investigación a manos de Pedro Fumero (tiene canal), el «okupa» de la villa junto con algunos miembros de su familia, que lo llevan siendo durante décadas, y por ello, conocen muy bien cada esquina de la residencia.
Es súper interesante cuando menos (y si eres escéptico, algo tendrás por seguro después de ver o vivir en persona su investigación para que salga a la luz la supuesta «macabra» historia del lugar, y es que mínimo, te hará replantearte todo, te hará dudar, y muy probablemente encontrarás el sentido en todo lo que cuenta y prueba…).
También lo pueden encontrar en redes sociales como Instagram y Facebook.
Él cuenta la historia como nadie y es el portavoz de ella (y es por eso que no quiero inmiscuirme), ya que también él posee las pruebas (a mi no me gusta hablar o afirmar sin pruebas), y está luchando por que se sepa y se proteja la memoria real de la historia, y por que se preserve la casa y que pase a ser museo oficialmente (aún así, la casa puede ser visitada).
«La historia está para contarla».

Lo que sí podemos es difundir (como él mismo pide) para apoyar y que se siga escarbando en la verdad de esta historia tan interesante, y que formaría parte de la historia de nuestra tierra.
No quise profundizar en el asunto, contar la supuesta oscura historia oculta, ni dar mi opinión al respecto (aunque se intuye) porque quiero abrir debate, y quiero llegar a todos y no ofender a los más reacios.
Simplemente me he querido centrar en lo que se respira en el ambiente (y considero que desde la objetividad) y en lo que más me impresionó (quise que os teletransportarais allí), así como en que se siga hablando al respecto, dado que, también, dicho lugar lo promocionan como punto de interés turístico (como casa que estuvo bajo el influjo nazi, que es algo que podemos afirmar), con lo cual es innegable el interés que despierta y su relevancia en la Isla de Fuerteventura, así como en toda Canarias (y el resto de España), y que todas estas leyendas alimentan más y resaltan el encanto de Cofete. Asombroso, envolvente, paradisíaco de día, «fantasmagórico» de noche (quizás, un poco, y para algunos, o según el estado de ánimo). Inefable.
Queda por demostrarse si leyendas o realidad.
*Fotos: b.diamoond, con permiso de Pedro Fumero, Villa Winter.
I loved your blog article. Cool. Nell
Es falso. No está abandonada actualmente
Hola Fernando. Muchas gracias por tu aclaración.
Efectivamente no está totalmente abandonada pero es una historía fascinante y contada de manera admirable por b.diamoond (Fanny).
Sígue leyéndo de Fanny en su pagina dedicáda https://urbexcanarias.com/the-other-side/ (The Other Side).
Es una chica agradable y respetuosa. Por ese su escritura es un espejo de su preciosa actitud.
Gracias por seguir nuestra pagina y social!
Hasta pronto,
Urbex Canarias – Equipo